Sede canónica

Iglesia de Ntra. Sra. de Consolación

Se la conoce también con el nombre de Santa María la Mayor, por ser la iglesia que acogió la nueva sede de la Abacial de la Mota. Es la gran iglesia de Alcalá por excelencia. A este privilegio contribuyen su localización, dimensiones y el encontrarse en ella la imagen de la patrona de Alcalá, la Virgen de las Mercedes, cuya festividad se celebra el 15 de agosto. La actual imagen de la Virgen, modelada por Garnelo Alda y esculpida por Martín Simón en 1938, es una copia de la anterior talla renacentista.

Mientras se construía el convento de padres terceros de San Francisco bajo la advocación de la Madre de Dios de Consolación, los monjes residieron en la ermita de San Marcos. Aunque los frailes se aposentaron en Consolación a principios del siglo XVI, hasta finales de este mismo siglo no se comienza a configurar el aspecto actual que presenta la iglesia. A partir de ese momento sufriría un largo proceso constructivo que transformaría el primitivo templo. Don Juan de Lizarza Vizcaíno comenzó la remodelación de la fachada y cuerpo de la iglesia, pero las obras quedaron paralizadas por falta de recursos económicos. Durante el siglo XVII se reanudaron las obras en la nave, cubierta, crucero y capilla mayor, todo ello bajo el diseño de Juan de Aranda Salazar y el patronazgo de múltiples fieles, algunos de los cuales dejaron la impronta de su heráldica en las pechinas del crucero y del claustro. En el primer tercio del siglo XVIII, el lego Juan Nieto, maestro de obras del convento, finaliza lo proyectado por su antecesor, en lo que se refiere a la sacristía, al claustro y capilla mayor. Por último, a finales del siglo XVIII, se realiza la construcción del retablo de la capilla mayor, obra de Francisco Antonio Vidaurre y, por otra parte, Antonio Martín Espinosa construye la enhiesta torre de 36 m., que difiere formalmente del conjunto de la iglesia y que, por sí sola, constituye un monumento con entidad propia.

La planta de la iglesia de Consolación es de cruz latina inscrita en un rectángulo. Está dividida por arcos fajones en cinco tramos, que abrigan una gran bóveda de ladrillo enlucida con mortero, simulando sillería de piedra. Los arcos fajones, a su vez, descansan en los contrafuertes exteriores y, entre estos, se levantan las pequeñas capillas laterales. En cada una de estas capillas se muestra el mayor exponente de la retablística barroca conservada en Alcalá la Real y, como titulares de las mismas, algunas imágenes procesionales de la Semana Santa como el Señor de la Humildad, Jesús en la Oración del Huerto, Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores; imaginería de la posguerra que reproduce a las tallas que fueron destruidas durante la guerra civil (1936-39).

La fachada, simétrica, tal y como mandan los patrones del último renacimiento, se caracteriza por concentrar su ornamentación en la portada. Se divide en dos pisos. El inferior contiene un arco de medio punto moldurado y flanqueado por dos pares de columnas, que sostiene unas hornacinas con las imágenes de los patronos fundadores de la orden, como reza en el friso del entablamento. El piso superior, de composición triangular, consta de un templete en el que se alberga la imagen titular del templo. Este piso está enmarcado por dos pares de pináculos, en cuyos pedestales está inscrita la fecha de terminación en 1531, que contrasta con las fuentes documentales que señalan, como datación válida la de 1581.

Es digno de mención un rincón importante de la iglesia, situado en uno de sus laterales. Nos referimos al Toril, antiguo claustro del convento franciscano con un amplio patio cuadrado, que, a raíz de las desamortizaciones, pasó a manos privadas. La Cofradía de la Virgen de las Mercedes está llevando a cabo un costoso proyecto de rehabilitación de este entrañable lugar, con el fin de utilizarlo como sede. Hay que decir también que esta zona, desde el punto de vista arqueológico, es de gran importancia, ya que en sus cercanías se encontró un pequeño Hércules, que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional, de Madrid. Este hecho, junto a otras fuentes históricas, apuntan la idea de que en este área pudiera estar ubicada la antigua Alcalá romana.